Rosa Claret y Clará

ROSA CLARET Y CLARÁ

 

Rosa fue la primogénita: la “pubilla” del hogar Claret y Clará. Rosa, “que nació en 1800…, fue casada, ahora es viuda, siempre ha sido muy laboriosa, honrada y piadosa: es la que más me ha querido” (Aut. 6). Y podía añadir que igualmente había sido la hermana más querida para él. Así lo dijo en una carta de 1868. “Con muchísima frecuencia desde muy niño acompañado de mi hermana Rosa que era muy devota, iba a visitar un Santuario de María Santísima llamado Fusimanya” (Aut. 49). “No pocas veces me acuerdo de las visitas que hacía contigo a dicho Santuario [Fusimanya], y por esta causa siempre te he querido a ti más que a los otros hermanos y hermanas, porque siempre estabas pronta a acompañarme a visitar esta imagen de María”.

Aunque fuera Rosa la primera de los hermanos en casarse, llegó algo tarde al matrimonio pues se casó a los 28 años, el 15 de abril de 1829. La fecha del matrimonio puede fijarse porque los Capítulos del matrimonio “celebrador” (= que va a celebrarse), se firman el día 14; al día siguiente los esposos, presentándose como marido y mujer, firman el documento de haber recibido la dote pactada. Y la que en el documento del día 14 se llama Rosa Claret y Ciará, en el del día 15 ya es Rosa Montañola y Claret.

A lo largo de los veinte años que duró el matrimonio fueron naciendo varios hijos. Los conocemos a través de los dos testamentos que hace el abuelo Valeri Montanyola. En efecto, en el testamento fechado el 2 de octubre de 1848, “por herederos son elegidos los hijos de José Montanyola y de Rosa, o mejor el primogénito Valerio, haciendo legados a los restantes: Isidro, Isidro, Marianna y Francisca”. Cinco hijos por tanto son los del matrimonio Montanyola Claret, pues hay dos Isidros: Isidro mayor e Isidro menor, según se les nombra en otro documento. Todavía por los Registros de defunciones del Archivo del Juzgado de Sallent conocemos la existencia de otro.

Respecto a la ortografía del nombre encontramos todas las variantes: Montanyola, Montañola, Muntañola. Tal vez se pueda reconocer un proceso de degeneración en el nombre o en la cultura lingüística de los Escribanos.

La viudez de Rosa Claret comienza en 1848, pues su esposo José muere entre febrero y octubre de aquel año. Hizo testamento en 1855, del que se deduce algún conocimiento de la familia. Observemos aquí que había muerto el esposo de Rosa; que ya faltaba uno de los dos hermanos, Isidro; que Marianna se había casado con José Rosell, y que Valerio era el primogénito.

Quedaba Francisca que más adelante se educará en Vic con las Hermanas Carmelitas de la Caridad, y luego entrará a formar parte del Instituto; al Confesor real en Madrid le llegaban noticias de las cualidades de su sobrina y de su inclinación a la vida religiosa, y en su Epistolario son cuatro las ocasiones en las que se refiere a la sobrinita, manifiesta su complacencia en su vocación e indica al P. Xifré que carguen a su cuenta todos los gastos que pueda motivar su ingreso en religión.

En las cartas claretianas aparece también Isidro, que debió permanecer al lado de su madre, en su compañía, y que la dejaría en soledad cuando murió a finales de 1865: la carta de San Antonio Claret desde Madrid el 5 de enero de 186622 tiene por objeto dar el pésame por un hermano de Valerio a

quien no nombra, pero que no puede ser otro que Isidro.

De Valerio, el hijo de Rosa, se conserva un “Pase de Radio”, es decir, un documento de identidad que autorizaba a desplazarse y viajar dentro del radio de unas cuantas leguas. Es del 23 de mayo de 1850, está expedido en Sallent, y nos dice que Valerio tiene 17 años (debió nacer hacia 1833), es soltero, vecino de Sallent y tejedor de algodón. Al regresar su tío el Arzobispo de Cuba a España, la edad de Valerio estaría sobre los 25 años. Se casó y tuvo un hijo, Juan, que vivía en Sallent.

Finalmente Rosa Claret y Ciará murió en 1874.