JUAN CLARET Y XAMBÓ
Los padres de San Antonio Ma Claret “se llamaban Juan Claret y Jose-
fa Ciará, casados, honrados y temerosos de Dios, muy devotos del Santísi-
mo Sacramento del altar y de María Santísima” (Aut. n. 1). “Aquí va mi
sello arzobispal… Le explicaré un poquito…: el puente, río, cascada y casas
indican Sallent mi patria, mi padre es de esta parte de río y mi madre de la
otra” (Epistolario Claretiano, 1,413). Los dos son naturales y vecinos de “la
Vila de Santa María de Sallent, Bisbat de Vich i corregiment de Manresa”.
Crean un hogar en los ultimísimos años del siglo XVIII y lo mantienen hasta
mediados del siglo XIX.
El padre JUAN CLARET Y XAMBÓ. El autor del Arbre Genealó-
gich, que pudo utilizar los libros parroquiales de Sallent, nos dice que nació
el 22 de diciembre de 1774. Después de haber formado una numerosa fami-
lia y fundado un patrimonio no despreciable, llegó a una vejez trabajosa, en
que quedó casi ciego, falleciendo el día 11 de abril de 1854. Por prescrip-
ción del Provisor, Don Juan Nepomuceno Lobo, en la catedral y demás igle-
sias de Cuba se hicieron honras fúnebres por el padre del Arzobispo. Fue
Juan el último de los cuatro hijos que, por haber llegado a mayor edad,
conocemos del matrimonio formado por Esteve Claret y Rosa Xambó,
ambos sallentinos. Otros hemanos suyos fueron Buenaventura, el heredero,
María y José.
Respecto de JOSEFA CLARÁ Y RODOREDA, la madre, el mismo
Arbre Genealógich nos dice que Josefa nació el 10 de septiembre de 1771.
Son pocos los rasgos biográficos conocidos de la madre. Se la puede descri-
bir únicamente como la esposa fiel y madre solícita presidiendo la vida del
hogar: humilde, callada, afanosa, derramando bondad sobre los hijos y nie-
tos. Desde 1828 convivirá en casa con el nuevo matrimonio formado por su
hijo Juan con María Casajuana y con los hijos que les fueron naciendo.
Cuando en 1800 hace capítulos matrimoniales confiesa que no sabe firmar;
tiene que buscar uno que lo haga en su nombre.
Mientras la familia Ciará estaba dedicada a la agricultura y estableci-
da en la calle Cap del Pont, al otro lado del río y del puente, la familia Cla-
ret ejercía la industria: eran tejedores de lino o de algodón. Fabricantes se
los llamaba, porque no se limitaban a tejer, sino que realizaban las demás
operaciones intermedias entre el algodón en rama y la tela comercializable.
En algún documento Juan Claret y Xambó se presenta como fabricante de
indianas. Fabricante indica también que dirigían modestas empresas de
fabricación en las que ocupaban a algunos operarios a sueldo.
MATRIMONIO
No podemos fijar con precisión la fecha exacta del matrimonio de Juan
Claret y Xambó con Josefa Ciará y Rodoreda. Sólo podemos asegurar que es
posterior al 20 de abril de 1797 y anterior al 23 de diciembre de 1800. En esta
fecha se firman los Capítulos matrimoniales, advirtiéndosenos que se trata de
un matrimonio ya celebrado anteriormente, presentándose Juan y Josefa como
marido y mujer; y en este año 1800 nace Rosa, la hija primogénita. En un
documento de abril de 1797 aparece Josefa como todavía soltera.
LA CASA HABITACIÓN
Juan era el último de los hijos del matrimonio formado por Esteve
Claret i Serra y Rosa Xambó, mientras que Josefa, aunque fuera la mayor de
las hermanas, tenía al menos otros dos hermanos varones que la precedían
en el derecho a heredar la casa paterna. Al no ser, pues, “hereu o pubilla”,
ninguno de los dos cónyuges, debieron buscarse casa donde establecer un
nuevo hogar.
De inmediato se establecieron en la casa n. 4 de la calle del Cos, muy
cerca de la Plaza Mayor y casi en frente de la Casa Gran, la de la noble
fachada gótica de piedra labrada. Es la Casa Natal de San Antonio María
Claret, que hoy veneramos, formando el ala izquierda del templo, y está
convertida en capilla y museo.
Los Capítulos matrimoniales son documentos interesantes porque nos hacen una
presentación de las personas y familias y dan a conocer en algo las situaciones económicas
y sociales de los contrayentes. Hay que notar que en gran parte tanto los conceptos como el
vocabulario son puros formulismos jurídicos consagrados por la costumbre y rutina de las
escribanías.
Da fe de que aquí nació San Antonio Ma Claret una carta del entonces
párroco Mn. Joan Codina dirigida a Francisco de Asís Aguilar desde Sallent
a 14 de diciembre de 1870, en que pudo depositar los recuerdos de Rosa, la
hermana mayor que vivía aún.
“En contestación a su apreciada del 7 del corriente puedo decirle que
el Excmo. Claret… Nació como le decía en mi primera carta al 23
Diciembre y fue bautizado al 24 del mismo mes de 1807, en la calle
del Cos ahora n° 4 de esta Villa, en la que su padre tenía una pequeña
fábrica, cuya casa no era propia; pero después compró una en la calle
Grande de esta misma Villa que tiene el n° 1 a la que pasaron a vivir y
conserva su hermano Juan”….
Proviniendo de fuente tan inmediata y segura, la tradición ha aceptado
este hecho. En las fiestas de la inauguración del monumento al P. Claret en
Sallent en 28 de octubre de 1906 se señalaron varios lugares claretianos.
“La iluminación de las fachadas corresponde a sus adornos. Llaman
preferentemente la atención la casa natal del Venerable, sita en la calle
del Clos, donde se ha inaugurado una lápida de mármol con esta ins-
cripción: “Aquí naixqué lo Venerable Pare Claret”; la casa en donde
vivió, luciendo artísticos adornos, un retrato del Venerable y varias
toallas tejidas por el Siervo de Dios y conservadas por su sobrino Juan
Claret, actual poseedor del edificio; y finalmente el balcón de la Plaza
Mayor, donde ya Arzobispo de Cuba pronunció uno de sus más famo-
sos sermones”.
LA CASA PAIRAL
La casa de la calle del Cos no era propia ni sería suficiente al vuelo
que, en individuos y negocios, tomaba la familia. Joan Claret y Xambó
determinó emplear las ganancias de su fábrica en adquirir una nueva casa
que fuera patrimonio de la familia: la casa pairal.
La encontró, como nos dijo ya el párroco Mn. Juan Codina, en el
Carrer Gran, n. 1. Gracias a que su nieto, Valerio Claret y Casajoana, esta-
bleció en ella una tienda de quincallería, la gente dio en llamarla Casa Vale-
- Este edificio resistió el paso del tiempo hasta 2003-2005, en que fue
derribada para construir sobre su solar una casa moderna. Está situada en la
esquina formada por la calle de la Iglesia con la del Obispo Torres, en el
extremo meridional de la Plaza Mayor. Por la parte que da a la calle de la
iglesia se sale de la alineación general, ocupando la acera.
FECUNDIDAD
Celebrado el matrimonio entre Juan Claret y Josefa Ciará, comienza la
vida de hogar primero en la calle del Cos, y luego en la casa del Carrer Gran.
Y el matrimonio da fruto de nuevas vidas. A lo largo de un período de 23
años, van naciendo los niños a intervalos de unos dos años. Es un matrimo-
nio prolífico y sano. No obstante, en una época de gran mortalidad infantil,
la familia llora a una niña que muere a poco de nacida, y a otros cuatro niños
que fallecen en edades comprendidas entre dos y cuatro años. Manuel llega
hasta los 13. Y quedan cinco hermanos, tres varones y dos hembras, que
conocen la mayoría de edad.
Josefa, la madre, sea por el trabajo, sea por falta de salud, tuvo que
entregar algunos hijos al cuidado de nodrizas. Este fue el caso concreto de
Antonio: “Mi madre siempre crió por sí misma a sus hijos, pero a mí no [le]
fue posible por falta de salud; me dio a una ama de leche en la misma pobla-
ción, en donde permanecía día y noche” (Aut. 7).
Los historiadores se han preocupado de conocer el nombre de esta
ama, que va muy marcada con la desgracia de haber perecido junto con sus
cuatro hijos en una misma noche en que la casa se les vino encima. Hubo
tiempos en que se podían examinar los libros parroquiales de exequias y
enterramientos y no se dio con los datos de esta familia. Este silencio de los
libros parroquiales ha sido una cruz para los biógrafos ya desde el principio.
Y el enigma sigue sin encontrar respuesta. La tradición nos habla de una
segunda nodriza, habitante en el pueblo de Santa María de Oló: existió una
mujer llamada ordinariamente “la Coca de Oló”, o sea, la mujer de la casa o
familia Coch, del barrio la Roviralta, que se hacía pasar por nodriza de Cla-
ret, pero, por ser de la misma edad que el Santo, no podía ser más que her-
mana de leche.
La lista de los hermanos Claret y Ciará la encontramos en la Autobio-
grafía (n. 6). A ella nos remitimos, permitiéndonos la libertad de añadir la
fecha de la muerte de algunos, que nos es conocida.
“Fuimos once hermanos, seis varones y cinco hembras, que enumera-
ré por orden, marcando el año en que nacieron.
Iº. – Una hermana, que nació en 1800, llamada ROSA, fue casada,
ahora es viuda; siempre ha sido muy laboriosa, honrada y pia-
dosa; es la que más me ha querido. (Murió en 1874).
2º. – Una hermana, que nació en 1802, llamada MARIANA; murió a
los dos años. (+ 1804)
3º. – Un hermano (1804), llamado JUAN; este heredó todos los bie-
nes; casó dos veces. (Murió en 1871).
4º. – Un hermano (1806) llamado BARTOLOMÉ, murió a los dos
años. (+ 1808).
5º. – Fui yo (1807-1808). ANTONIO. (Murió en 1870).
6º. – Una hermana (1809), que murió a poco de nacida.
7º. – Un hermano (1810), que se llamó JOSÉ, fue casado, tuvo dos
hijas, Hermanas de la Caridad o Terciarias. (Murió en 1844 en
Olost).
8º.- Un hermano (1813) llamado PEDRO; murió de cuatro años.
(+ 1817).
9º. – Una hermana (1815) llamada MARÍA: Hermana Terciaria, (que
falleció en 1894, después de haber ejercido cargos de Maestra
de novicias y de Superiora).
10º. – Una hermana (1820) llamada FRANCISCA; murió de tres años
(+ 1823).
11°. – Un hermano (1823) llamado MANUEL; murió de trece años,
después de haber estudiado Humanidades en Vich” (+ en 1836).
Le fue fácil a Mosén Antón, en los años que pasó en Sallent como
Beneficiado, Vicario y Ecónomo, revisar los libros parroquiales, y con su
ayuda ir anotando nombres y fechas del nacimiento de todos sus hermanos.
Hoy esta tarea nos resulta imposible, después de haber sido lastimosamente
quemado el rico archivo parroquial de Sallent.
AMBIENTE FAMILIAR
En el hogar Claret, y durante los años que Antonio vivió en él, hubo
siempre abundancia de gritos, risas y lloros infantiles; en sus primeros diez
años vive rodeado de cuatro hermanos; cuando está entre los diez y los diez
y siete, son seis los hermanos que corretean o trabajan en la casa. Familia
numerosa, puesta dentro de una parentela también numerosa: pasarían de la
docena los primos que tenían una edad parecida a la de Antonio. Es algo que
hay que tener muy en cuenta para conocer sus relaciones de amistad; como
también la red de compromisos que la numerosa parentela le podía crear en
sus tiempos de responsable de la parroquia de Sallent.
ACTIVIDAD ECONÓMICA Y POSICIÓN SOCIAL
Io FABRICANTE
La actividad económica básica de la familia corre principalmente a
cargo del padre. Joan Claret y Xambó es un tejedor de algodón. Esta fibra ha
sustituido al lino que trabajaba su padre: éste era “teixidor de llini”. Juan es
más que “teixidor de cotó”, es “fabricant de cotó” = fabricante de algodón.
Dos aspectos del oficio indica esta palabra: el fabricante no se limita a la
producción del tejido partiendo del hilo ya fabricado, sino que abarca todas
las operaciones necesarias para que el algodón en rama, que les llegará de
Motril o de América, se convierta en una tela acabada y presta a entrar en el
taller del sastre. El taller de los Claret era una fábrica completa: hilado, teji-
do.., y tal vez estampado. Así lo dice en la Autobiografía (n. 33): “Mi padre
me ocupó en todas las clases de labores que hay en una fábrica completa de
hilados y tejidos”.
El otro aspecto del fabricante es que la complejidad del proceso le
obliga a ofrecer trabajo a otros a jornal, y, por tanto, se convierte en empre-
sario. También de estos obreros de la fábrica paterna nos habla el P. Claret
(Aut. 32, 33 y 46): eran lo bastante morigerados y religiosos para que se
rezara durante el trabajo en voz alta las tres partes del rosario, una costum
bre que, según el obispo Corcuera en 1825, estaba establecida en muchas
poblaciones de la diócesis de Vic.
Vimos cómo, en el encabezamiento de los capítulos matrimoniales
de 1800, Juan Claret se presenta como “fabricant de Indianas”. Eran las
indianas telas de lino, o de algodón, o de mezcla de ambos, pintadas por
una sola cara: estampadas. ¿La fábrica de Claret comprendía también las
operaciones de la estampación de telas? La Autobiografía se limita a
hablar de la fabricación a hilados y tejidos. Las faenas para el teñido de las
telas para convertirlas en “indianas” exigirían almacén de materias colo-
rantes y de cubas y depósitos, y maquinaria para el estampado: cosas de
las que nunca se hace mención. Es muy posible que la fábrica de Juan Cla-
ret se limitara a tejer telas apropiadas para ser estampadas; y esta opera-
ción se realizara en otros lugares, por ejemplo, en Barcelona, donde sabe-
mos que se hacía esta operación.
Siendo manufactura pública, ha dejado huella en publicaciones, como
en una “Guía de Barcelona” de 1842, donde se da una lista de “Fábricas de
hilados de algodón, estambre, pintados y blanqueos, de las ciudades, villas y
pueblos de las cuatro Provincias de Cataluña” y en el apartado de “Hilados
y Torcidos de algodón”, entre los numerosos fabricantes de Sallent figuran:
– Claret, José calle Clos y – Claret y Chambo (sic) id. id.1
Son muchas las preguntas y los interrogantes sobre la actividad labo-
ral de la familia Claret y Ciará, que flotan sin encontrar respuesta, y se hace
imprescindible que algún técnico textil y buen conocedor de la historia se
dedique a explicamos cómo se realizaban todas las operaciones de hilar y
tejer en aquella época. Juan Claret necesitaba entregarse a operaciones
comerciales para adquirir la materia prima, o sea, las balas de algodón en
rama, y luego encontrar compradores a las telas fabricadas. El centro de
ambas operaciones era Barcelona y, por tanto, necesitaba tener apoderados
que le representasen. Así consta en las actas notariales.
ADMINISTRADOR Y PROCURADOR
Merece que se ponga de relieve, como prueba de la consideración de
la familia Claret ante las autoridades eclesiásticas, el hecho de que los Cla-
ret fueran nombrados colectores de los frutos de los bienes que la Mitra de
Vic poseía en Sallent y parroquias adjuntas. Este cargo ya lo ejercía Mauri-
cio Casajoana, y fue ocasión y motivo de que hubiera conocimiento y se
estableciera trato entre el obispo Corcuera, el mayordomo de la mitra, Mn.
Fortiá Bres, y la familia Claret. Así se llega a comprender el n° 80 de la
Autobiografía:
“Mi hermano mayor, llamado Juan, estaba ya casado con María Casa-
juana, hija de D. Mauricio Casajuana, que era encargado del señor
Obispo de Vich para cobrar el producto de ciertas propiedades y Seño-
ríos que tenía en Sallent, y por esto era muy apreciado del Señor Obis-
po, a quien con frecuencia iba a ver, y en una de estas visitas le habló
de mi insignificante persona. Qué sé yo qué cosas le diría, que el
Señor Obispo entró en deseos de verme”.
El nombramiento de los Claret para el cargo se hizo por documento
firmado por Corcuera y fechado el 19 de mayo de 1830. Al morir el Timo.
Corcuera, administra la Diócesis el Vicario Capitular, Dr. Morros, quien
confirma a los Claret en sus cargos de Colectores.
EXPENDEDOR DE BULAS
Un nuevo cargo administrativo ejercido por Juan Claret y Xambó fue
el de expendedor de las Bulas de la Santa Cruzada. Un cargo que suponía
gran solvencia económica y moral. Confieso que la primera vez que encon-
tré esta noticia, me costó creerla. Aun sin conocer demasiado las obligacio-
nes y responsabilidades que este cargo importaba, me parecía que ese cargo
se avenía poco con lo que sabemos de Claret.
Que Juan Claret y Xambó fuera expendedor de bulas nos lo dice Mn.
Fortiá Solá en su Historia de Sallent. Nos queda documentado en el Acta
de la Sesión del Ayuntamiento de Sallent celebrada el 30 de junio de 1842,
en la cual se hace referencia a sucesos acaecidos veinte años antes. Se
ambienta en la nueva era progresista inaugurada por la subida del General
Espartero al Gobierno y a la Regencia a finales de 1840, abriendo el paso a
los liberales progresistas: era la hora de revanchas y de recompensas, que
había que aprovechar.
REGIDOR DEL AYUNTAMIENTO
Los miembros de la familia Claret-Xambó, dentro de su modesta clase
menestral, gozaban de una cierta categoría en la población. Frecuentemente se
encuentra a los hermanos Buenaventura, Juan y José haciendo el oficio de tes-
tigos, de albaceas testamentarios, etc. Firman siempre con una caligrafía exce-
lente. Además ocuparon cargos públicos: tanto Juan como el hermano mayor
Buenaventura formaron parte del Ayuntamiento. Y en virtud de este cargo
encontramos a Juan formando parte de la Junta del Hospital de Pobres n.
La significación social y política de Juan Claret le encuadró mal de su
grado en alguna de las facciones políticas que se disputaron el gobierno en
aquellos años turbulentos. Hombre profundamente religioso, servidor del
Obispo, miembro del Ayuntamiento en los anteriores al pronunciamiento de
Riego, tuvo que verse encasillado bajo una etiqueta que le haría blanco de
vejaciones. Así que no carece de verosimilitud lo que se nos dice: que algu-
na vez los Claret habían protestado ante el Ayuntamiento de que se los iba a
molestar en sus casas por algunos liberales exaltados que se desgañitaban
cantándoles el “Trágala, trágala…”.
Algunos elementos quisieron aplicar a Juan Claret el bando que con-
denaba a destierro del lugar a los padres de los que se pasaban al bando car-
lista. En cuanto hubo un leve indicio de que su hijo Mn. Antón se había
podido fugar, quisieron actuar contra él. De ello le libró el Alcalde Francis-
co Riera, que había compartido con Juan Claret el cargo de Regidor. Este
detalle podría ser un indicio de que Juan Claret era considerado como antili-
beral. Su hija, la Hna. María, en los Procesos de canonización dijo: “en
cuanto a la reputación de que gozaban mis padres por su religiosidad y pie-
dad, basta decir que eran denostados por los malos por ello” .
PROSPERIDAD ECONÓMICA
La fabricación proporcionaba a Juan Claret trabajo intenso, prolonga-
do y penoso, y a veces quebraderos de cabeza con pleitos y condenas, etc.,
pero de la fabricación sacaba lo suficiente para mantener la numerosa fami-
lia, y aun para acumular alguna riqueza constituyendo un patrimonio fami-
liar. Las 1.800 libras que gastó en comprar casa propia en 1814 las había
ganado en la fabricación. Tres años más tarde, en 1817, compró un gran
campo con viña. Atendiendo a los apellidos de los vendedores, cabe pensar
que son parientes de Josefa Ciará, cuya abuela era de la familia Reguant.
Al haber partido de cero, sin poseer ningún bien inmueble, por no
haber sido dotado con ellos ninguno de los dos cónyuges, mucho debió de
trabajar el matrimonio Claret y Ciará para que, además de sacar adelante
una familia numerosa dando colocación a los hijos, pudiera todavía acumu-
lar unos ahorros invertidos en casas y campos, fundando así una modesta
casa pairal. Sus sucesores no fueron tan diligentes o afortunados; su hijo
Juan Claret y Ciará nada nuevo añadió, por el contrario, se sabe que vendió
dos fincas. Luego Valerio compró un huerto que su hijo, Juan Claret Merca-
dal, volvió a vender quedándose tan sólo con la casa pairal del Carrer Gran.
TESTAMENTO
Juan Claret y Xambó hizo su testamento ante el notario Joan Lluis Cera-
rols, en Sallent y a 7 de marzo de 1848. En el Arxiu Pairal hay copia mecano-
grafiada obtenida de otra copia oficial sacada en papel sellado de “Ilustres”, y
ahora conservada en el Archivo General de los C.M.F. en Roma. En el Manual
del Notario Cerarols, del Archivo Municipal de Manresa, año 1854, fol. 165 v.
y sig., encontramos el original, donde por cierto han dejado constancia de que
se libró una copia en papel con sello de “Ilustres” anotando al margen: “Saca-
do en sello de Ilustres a dos de mayo de 1854, doy fe” (firmado). Bien podría
ser la copia que fue a parar al archivo de Roma.
VEJEZ Y MUERTE
En el libro Registro de Defunciones del Juzgado de Sallent en los años
correspondientes podemos leer todavía las partidas que se refieren a Juan
Claret y a Josefa Ciará. Son del tenor siguiente:
Año 1842. Nro. 95
Sallent á veinte y cinco de Octubre de 1842. – Hoy ha muerto
Josefa Ciará -natural de Sallent, provincia de Barcelona. – de
edad de sesenta y ocho años – Su estado, casada. – profesión —
– su enfermedad: heridura – Testamento——
Vivía en la travesía de la Calle del Clos nro. 5, cuarto principal.
– Se ha enterrado en el cementerio de Santa María de Sellent a
veinte y seis de Octubre de mil ochocientos cuarenta y dos.
– Padres: Juan Ciará, de profesión labrador. – pueblo de naturale-
za: Sellent, provincia de Barcelona – Mariangela Riera,—— ,
pueblo de naturaleza, Balsareny, provincia de Barcelona14.
Año. 1854 – Nro. 33
Sallent a 3 de abril de 1854. – Ha muerto Juan Claret Xambó,
natural de Sallent de edad de 80 años. – Su estado: viudo de
Josefa Ciará. – de profesión, fabricante de algodón. – su enfer-
medad, por resolución de vejez. – Testamento en poder de D.
Juan Luis Cerarols. – Vivía en la calle de Montaña, n° no hay,
piso Io. – Se ha enterrado en el cementerio de Santa María de
Sallent, Barcelona, a las 11 del mismo (día).
– Padres: Esteban Claret fabricante difunto, de Sallent (Barcelo-
- na) y Rosa Xambó, difunta, de Sallent.
La madre de San Antonio. Josefa Ciará, murió el 25 de octubre de 1842.
La causa de su muerte fue un “accidente”. Esto significaba, en el len-
guaje de aquel tiempo, un ataque de apoplejía. Existen indicios muy signifi-
cativos que en su muerte fue asistida por el Santo. Por aquellos días Mn.
Antón estaba destinado en el pueblo de San Juan de Oló, y fácilmente pudo
asistir a la enfermedad y muerte de su madre, a pesar de acaecer en octubre,
un mes muy propicio para la predicación de novenarios. Un camino de un
par de horas largas separaba ambos pueblos. En la libreta de celebración de
misas de la parroquia (en el libro de bautismos?) aparece un nuevo capellán
que dice que Claret le ha encargado la parroquia en aquellos días. Bien
pudiera ser el suplente que Claret se ha buscado para correr él a asistir a la
madre moribunda.
El padre, Juan Claret y Xambó, murió el 11 de abril de 1854 en Sallent.
Por haber nacido en diciembre de 1774, tenía 75 años cuando la con-
sagración de su hijo como arzobispo de Cuba. Sin embargo dos pasaportes
de aquel año nos dan la edad de 70 años. Esto podría significar que, aunque
anciano, todavía aparentaba buena salud. De hecho en aquel año le vemos
viajando con frecuencia: conocemos dos viajes a Vic y otro a Barcelona.
Tampoco las crónicas de la consagración lo describen como anciano decré-
pito o imposibilitado.
De sus últimos años es testigo único el párroco de Sallent en 1871, Dr.
Juan Codina: que le describe “como ciego que era en sus últimos años… su
hijo Antonio era el único que le socorría…”. Creemos que esta situación de
desamparo y pobreza no debe exagerarse, si no queremos suponer que los
hijos se portaron extraordinariamente mal con él, cosa impensable; aun cre-
yendo que Juan su heredero no fue de grandes cualidades, debía reconocer
que su padre era el usufructuario de los bienes de la familia y que él no entra-
ría a administrarlos hasta después de la muerte del padre. Claro que todo esto
valía sólo en el terreno de derechos y pactos notariales… Al quedar el padre
ciego e imposibilitado, la soledad y demás cortejo de molestias le cercarían y
afligirían. Toda la atención y el afecto de propios y extraños sería deseable.
Juan Claret y Xambó murió el martes de la Semana Santa. La noticia
llegó a Santiago de Cuba al cabo de un mes. El Provisor, D. Juan Nepomu-
ceno Lobo, mandó que en la catedral y en todas las parroquias se hicieran
funerales por el padre del Arzobispo.
El que en 1870 era Rector de Sallent, D. Juan Codina daba estas noti-
cias: “Juan Claret y Xambó fabricante murió en esta (parroquia) al 11 Abril
de 1854 de vejez en la edad de 80 años, recibidos los S. Sacramentos, tenía
una pequeña huerta y casa, y agotados aquellos productos, que no le eran
suficientes, se lo sufragaba todo su hijo el Excmo. Claret, era viudo de Jose-
fa Ciará, hijo de los consortes Estevan fabricante y Rosa