JOSÉ GARCÍA CASCALES

JOSÉ GARCÍA CASCALES

El P. José García Cascales era nativo de Játiva en el País Valenciano (España). Hizo su primera profesión el 21 de noviembre de 1946 en Vic. Siendo todavía estudiante, fue destinado a Frankfurt (Alemania) Junto con otros estudiantes españoles y mejicanos. Mientras los demás algún día volvieron a sus países de origen, él se quedó en la provincia de Alemania. El 19 de julio de 1953 se ordenó de sacerdote en Würzburg, exactamente treces años después de su entrada en el seminario menor de Alagón.

En los cinco primeros años de su ministerio fue prefecto de alumnos de los seminarios menores de Weissenhorn y Würzburg. Según confesó más tarde, sobre todo los años de Weissenhorn le quedaron Inolvidables por la alegría y el buen trabajo que reinaban entre los internos.

Después fue destinado a Viena (en 1958, otra vez el 19 de julio), donde empezó trabajando con los prisioneros y los sin techo. Pero el destino real de su vida fueron los Cursillos de Cristiandad que conoció en España. Los introdujo en Austria en 1960, impulsó su introducción en Alemania, y más tarde colaboró en su expansión por los países vecinos de Austria. En algunos empezó ya antes de la caída del comunismo.

Con su carácter abierto y dinámico ganó a muchísima gente la fe católica. Dijo que unas veinte mil personas pasaron por los Cursillos dirigidos por él. También pudo hacerse amigo de muchas personas de todos los estamentos de la sociedad austríaca que apoyaron su trabajo. Fundó una comunidad de colaboradoras, una comunidad. que se ha resistido a todos los intentos de institucionalización.

Ya desde los años 50 empezó a escribir libros y folletos. de sus obras fueron folletos de pocas páginas tamaño de bolsillo presentan diversos aspectos de la fe y de la vida cristiana en una forma asequible para todos. Como el P. Claret, él regaló esos folletos profusión. También publicó algunos libros, a veces de textos que había publicado antes en otros lugares. Escribió biografía del P. Claret que tuvo cinco ediciones revisadas. Estas visiones dejan entrever también el camino espiritual del autor. Para el bicentenario del nacimiento de Claret publicó una novela ca sobre su vida (más tarde también una versión española, titulada: “Claret contra molinos de viento”) sin preocuparse demasiado de realidades del siglo XIX. Habló en programas religiosos de la televisión austríaca.

Desde Austria, apoyó algunos proyectos en América Latina, sobre todo la misión de los Tlapanecos en Méjico y los Hogares Claret Colombia. También promovió el trabajo de Mons. Pedro en Brasil, ya que había sido compañero suyo en la juventud.

Lo caracterizó muy bien el Cardenal Christoph Schônborn: “El Padre José no sólo suscitó la fe de muchas personas por los cursillos en los que participaron una sola vez; para muchos quedó también un compañero, un amigo, un hermano leal.” Y terminó: “Para mí personalmente, el Padre José ha sido un animador, hermano espiritual y real, y a veces incluso un consolador.”