Nació el 24 de marzo de 1836 (así la necrología; según Bermejo, en EpPass, en 1845; creo yerra Bermejo), en Rocamundo, municipio de Valderredible (Cantabria).
Ingresó en Segovia el 21 de enero de 1865, donde trabajó unos meses como cocinero. El P. Serrat le envió a Vic a finales de abril o principios de mayo para hacer el noviciado. El 9 de enero de 1868 entró como paje en la casa del Fundador, en Madrid. Según su propia declaración (cf. infra), vivió con el Fundador “desde el día 10 de enero de 1868 hasta el 9 de agosto del mismo año”. Allí formó comunidad con el P. Lorenzo Puig, con el Hnº José Saladich y, quizá alguna temporada, con el Hnº Juan Jordà. Sus ocupaciones fueron variadas, dada la intensa actividad que allí se desarrollaba. Cuando estalló la revolución quizá se encontraba él solo en la casa de Claret en Madrid, y junto con las HH. Vedrunas y con D. Francisco Besalú, rector de la iglesia de Montserrat, se encargó de poner a salvo las pertenencias del arzobispo; mantuvo un tira y afloja con la M. Provincial de las Vedrunas acerca de quién era más “hijo” de Claret y por lo mismo más obligado a hacerse cargo de sus ropas, dinero y enseres (EpPass III, p. 346).
A mediados de noviembre de 1868 continúa en Madrid; en compañía del Hnº Juan Jordà debe de seguir ocupando la vivienda de Claret aneja al hospital de Montserrat. Parece que de momento no tiene previsto moverse de la capital, pues D. Francisco Besalú le está buscando empleo (ECpas III, p. 329). Sin embargo, al saber de la reunión de los misioneros en Prades, no debió de tardar en unírseles, pues allí emitió la profesión el 4 de septiembre de 1870. En 1872 pasó a la casa de Argel, fundada tres años antes, y en diciembre de 1876 a la comunidad de Alfaro, inaugurada en octubre del año anterior, y en la que desempeñará los oficios de portero y ajuar. En 1885 se incorporó a la recién fundada comunidad de Toluca (Méjico), donde ejerció igualmente como portero por más de 10 años.
En octubre de 1899 se le declaró un tumor de estómago que le dejó ya postrado hasta que, el 15 de abril de 1901, en la casa de Jesús María, de Méjico capital, entregó su vida al Señor dejando fama de santidad. Es probable que el hecho de estar en Méjico sea la causa de que no haya declarado en el Proceso Informativo para la beatificación de Claret. Pero antes de marchar, estando en Alfaro y a la edad de 44 años, hizo una declaración judicial en favor de la inocencia de Claret respecto de las calumnias sobre relaciones ilícitas con la reina (Documento en AP, IX -rC, 396). Necrología en Anales 8 (1901-1902) p. 157s.