El Padre Francisco Javier Dimberger, cmf, nació el 13 de enero de 1916 en Flishberg, Alemania. Era el décimotercero de quince hijos en la familia. Después de sus estudios básicos deseó hacerse sacerdote diocesano y acudió al seminario en Regensburg. Se vio obligado a salir del seminario después de cuatro años, debido a la polytisis, una enfermedad de pulmón y corazón. Vuelto a su casa trabajó como pastor por tres años. Se unió a los Claretianos en 1932 en Dreifaltigekeitsberg. Hizo el servicio militar como soldado de Hitler en diciembre de 1939 pasando en el ejército cinco años. Lo hirieron cinco veces y tenía quemaduras causadas por el fuego dos veces. Después de la II Guerra Mundial cursó teología en la universidad de Wurzburg y fue ordenado sacerdote el 8 de agosto 1948. Siendo él Superior Provincial de la provincia alemana, en el año 1957 se tomó la decisión de comenzar una misión en la India. Se reclutaron los primeros estudiantes de la India y que fueron formados en Alemania.
En el capítulo de 1970, el P. Dimberger vino a la India con los Claretianos indios recientemente ordenados. Fue Maestro de Novicios y Delegado de los Claretianos Indios. Desempeñando estos cargos hasta 1983. Durante estos años residió en Bangalore. En el año 1980 durante una visita a Alemania sufrió un accidente y quedó físicamente deteriorado para el resto de su vida. En 1983 pasó a Karumathur y allí permaneció hasta su muerte. Celebró sus Bodas de Oro de Profesión Religiosa el 1 de noviembre 1988. El 12 de abril de 1993 Dios le llamó a su Casa.
Un hombre del “ORA ET LABORA”
La máxima latina de Ora et Labora que él proponía a sus estudiantes y lo vivía, era el fundamento más pleno de la personalidad del P. Dimberger. Verdaderamente era un hombre de oración y de acción. Ambas se armonizaron perfectamente en él.
Amaba y le gustaba la Liturgia de las Horas. Era un rasgo ejemplar su puntualidad y regularidad en todos los trabajos, especialmente para las oraciones comunitarias y otros servicios litúrgicos. Su sed de Dios y de sus cosas se manifestaban en su amor por las oraciones y en su disponibilidad para los trabajos de la Congregación. Fue en Servidor de la Palabra en todas las situaciones. Sin desanimarse ante la presencia de sufrimientos, él levantó la bandera de la Congregación en el sub-continente Indio. Su fe y su confianza en la Divina Providencia en llevar a cabo diferentes actividades misioneras tuvo en él un rasgo peculiar que invitaba a emularlas.
El P. Dimberger fue un hombre de acción. Un duro trabajador, inculcaba un fuerte sentido de trabajo en sus
Estudiantes. No había para él trabajos bajos, sino solamente trabajo dignificado. Fue su duro trabajo y su firme determinación los que le ayudaron a elevarse a las alturas de la grandeza y de enorme éxito.
Se incultura en los modos ordinarios de la vida india. Usaba los medios más ordinarios para viajar, se acostumbró a la comida india y se juntaba con los pobres.
Sus iniciativas para apartar a las gentes de la tribu Usilamptti del infanticidio de las niñas, su generoso apoyo a los varios proyectos de los Claretianos Indios, su aceptación cordial de todos los inconvenientes e incomodidades aun cuando ya estaba enfermo y su ánimo en la causa del Evangelio son diferentes dimensiones de las profundas raíces del su compromiso religioso.
Nacimiento | 13 Enero 1916 |
Ingresa en los Claretianos | 1932 |
Solddado bajo Hitler | 1939 |
Estudios Teológicos | 1945 |
Ordenación | 1948 |
Superior Provincial | 1957 |
Llegada a la India | 1970 |
Sufre un accidente | 1980 |
Llega a Karamathur | 1983 |
Bodas de Oro de Profesión | 1988 |
Muerte | 12 Abril 1993 |
La historia del éxito de los Claretianos en India es la historia de los éxitos del P. Dimberger. Varias casas e iglesias en Alemania y en India, incluyendo la iglesia en forma de Omega de San Claret en Karamathur, St. Claret School, Karumathur, Claretian Mercy Home, Azhakusirai y otros muchos proyectos misioneros y sociales que ayudó a establecer y mantener revelan su dinamismo y su celo apostólico. Incluso en los últimos años de su vida, cuando padecía un terrible dolor seguía manteniendo el duro trabajo que siempre había llevado a cabo.
Fue un Cordis Mariae Filius (CMF) en el verdadero sentido ya desde la adolescencia como miembro de la Asociación Mariana hasta su muerte como Misionero del Corazón de María. Había una unión inseparable entre la Madre y él mismo. Su pretensión de ser un instrumento en las manos de Dios, su disponibilidad para hacer la voluntad del Señor, los innumerable rosarios que rezaba y su fuerte convicción sobre su vocación de ser claretiano y su vida como dones de la Madre demuestran esta verdad.
Imitémosle.
La muerte no puede arrancar de entre nosotros a las personas a quienes queremos. Seguirán viviendo en nuestra memoria. La presencia del P. Dimberger estará con nosotros a través de las instituciones religiosas y sociales que creó, la diversas iglesias que levantó, el amor y la compasión que demostró, la conciencia del deber y el duro trabajó que realizó, el compromiso y la vida religiosa que vivió y sobre todo, a través de la presencia Claretiana en India.
El P. Dimberger fue un regalo de Dios para los Claretianos de India. Imitémosle en nuestra vida y misión para demostrar que aceptamos y queremos este don de Dios.
Los Claretianos, cuya semilla sembró el P. Dimberger, han crecido admirablemente en este campo del Señor. Están agrupados hoy varias provincias religiosas: Bangalore, Chenai, y Santo Tomás (de rito siro-malabar); la Delegación Independiente de la Misión del Noreste (colindando con China, Nepal) y la Delegación Dependiente de Skry Lanka.