MARZO
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1853. Envía al gobernador de Cuba el expediente para la autorización del establecimiento en Santiago de las Hermanas de la Compañía de María (futuras Claretianas).
1855. Escribe a Currius sobre algunos detalles de la granja-escuela de Puerto Príncipe (Cuba).
1867. Se ofrece al P. Xifré para financiar la edición de las Meditaciones, Pláticas y Sermones para la Congregación, es decir el proyecto que desembocará en el Directorio, el Espíritu de la Congregación y El Auxiliar de los Misioneros.
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EL AUGE (1906-1922)
Trieste, la primera fundación en “Alemania”Muy distinto fue el camino que llevó la fundación en Trieste, ciudad perteneciente entonces al imperio austrohúngaro, y que supuso el nacimiento de la Congregación en Austria. En 1908 había llegado a España un joven alemán procedente de Italia solicitando el ingreso en la Congregación. Ingreso que se llevó a cabo en el noviciado de Cervera. Allí se había redactado una Memoria sobre el Instituto que, traducida al alemán, fue enviada a algunos centros de Alemania. Las solicitudes no se hicieron esperar, llegando a contarse 22 postulantes alemanes en 1912. Esto aceleró el deseo de fundar en Alemania. Para ello fue enviado el ya experimentado P. Ramón Genover, que después de recorrer Alemania y Austria llegó a Trieste, donde se fundaba en 1912.
De este modo por los años 1907-1908 llegaban los primeros postulantes alemanes, austríacos y silesios a Cervera. Entre 1908 y 1924 pasaron más de 70 candidatos, entre los cuales hay que señalar los PP. Pedro Schweiger, futuro Superior General (1949-1967), Andrés Back y Alejandro Schwientek.
Damián Janáriz, CMF
Misionero predicador (1870-1947)Miranda de Arga (Navarra, España). Ingresó en el seminario claretiano a los 12 años. Gozó de una salud privilegiada toda su vida. Podríamos decir que fue un hombre superdotado no solo en la salud sino también en la voz, en la memoria y en la simpatía popular. Gran trabajador y amante de la Congregación y del Corazón de María. Ordenado sacerdote en 1894, fue destinado a Chile donde se dedicó a la pastoral popular y al desarrollo de la devoción mariana. Vuelto a España en 1898, estableció la Visita Domiciliaria, que llegó a contar con más de 150.000 familias. En 1904 llegó a Aranda de Duero, donde desarrollaría una actividad infatigable en toda la zona de la Ribera del Duero. Creó muchas asociaciones y llevó a la vida religiosa innumerables vocaciones. Decía: Tengo en el cielo más de 37 mártires, cuyas vocaciones desperté para la Congregación. Fue de admirar el Museo del Corazón de María montado en Aranda de Duero. Falleció el 3 de marzo en Valladolid.
Los libros buenos al alcance de todos
En el día, pues, hay una doble necesidad de hacer circular libros buenos; pero estos libros han de ser pequeños, porque la gente anda aprisa y la llaman por todas partes y de mil maneras… y además ha de viajar; así es que, si es un libro voluminoso, no será leído; únicamente servirá para cargar los estantes de las librerías y bibliotecas… (Aut 312).
Gracias sean dadas a Dios, todos lo libritos han producido felices resultados; pero de quienes he hallado más almas convertidas han sido El Camino recto y El Catecismo explicado. De la lectura de estos dos libros encuentro muchísimas conversiones, y aun en esta Corte no pasa día en que no se me presenten almas determinadas a mudar de vida por haber leído ese libro… (Aut 323).
En todos los libros que se han dado a luz, no se ha buscado el interés, sino la mayor gloria de Dios y el bien de las almas. Nunca he cobrado un maravedí como propiedad de lo que he mandado imprimir, al contrario, he dado gratuitamente millares de millares de ejemplares, y…, Dios mediante, daré hasta la muerte, si puedo, pues que he considerado que era ésta la mejor limosna… (Aut 328).
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
- ¿Facilitas la promoción de materiales de evangelización?
- ¿Utilizas los nuevos medios de comunicación sociales para evangelizar?
- ¿Continuas dando valor a la Palabra y cuidando su proclamación?
“Conocí clarísimamente que de mí nada tengo sino el pecado.
Si algo soy, si algo tengo, todo lo he recibido de Dios”
(Aut 344).