FEBRERO
02
1832. Recibe la tonsura clerical en la sala de sínodos del palacio episcopal de Vic, con la colación del beneficio de la Monjia en la parroquia de Sallent.
1858. Predica una función para la congregación del Escapulario Azul en la iglesia de Italianos (Madrid).
1864. A los PP. José Xifré y Jaime Clotet, que presentan la renuncia a sus cargos generalicios les pide que continúen en ellos hasta que dentro de unos meses se celebre capítulo electivo.
PRIMERA EXPANSIÓN (1870-1899)
La Congregación en FranciaEn la casa de Prades se encontraban Padres, Estudiantes y Novicios. Poco a poco se vio que no había espacio suficiente para tantos; además, también allí llegó la persecución. Pero, poco después, en mayo de 1872, se pudo encontrar una casa en Thuir (siempre en el sur de Francia), gracias al P. Clotet. Se instaló allí el Colegio-Noviciado, siendo a la vez sede del Gobierno General. Actuaban como Superior el P. Clotet y como Maestro el P. Clemente Serrat. Pronto aumentó en la Congregación el número de Sacerdotes y de Estudiantes, pasando en diez años de 100 a 400. Allí estaban los PP. Diego Gavín y Ramón Genover, grandes misioneros, mientras que en España el P. Bernardo Bech se encargaba de recoger nuevas vocaciones. La comunidad de Thuir se dedicó sobre todo a la formación, pero trabajaba también en aquellas tierras, sabiendo adaptarse bien al ambiente francés, dado que mucha gente hablaba en catalán. Fue entonces, en 1871, cuando apareció la primera biografía de Claret, escrita por su amigo el obispo Francisco de Asís Aguilar.
Juan Claret y Clará
Hermano de Claret (1804-1871)Sallent (Barcelona, España). Hermano mayor de Claret y heredero. Se casó con María Casajoana en 1828, instalándose en la casa de los padres de ella, de familia más acomodada. Tuvieron cuatro hijos, todos un tanto aventureros. Juan fue el que se presentó en Madrid para obtener de su tío una colocación. Domingo se aventuró a ir a Cuba para que su tío lo librara del servicio militar. Los otros hijos fueron Valerio y Mauricio. Ambos fueron seminaristas en Vic, pero el P. Claret, que procuraba seguirles los pasos, no tenía grandes esperanzas en ellos. Efectivamente, el primero acabó de maestro y el segundo de comerciante. Juan, muerta la sposa, se volvió a casar, con Antonia Sellarés, de la cual no tuvo hijos. Siguió trabajando hasta su muerte como humilde fabricante de algodón en Sallent. En mayo de 1870, poco antes de morir, Claret escribía: He escrito al Rector de Sallent para que dé a mi hermano Juan lo que necesite.
El impacto del Evangelio
En medio de esta barahúnda de cosas, estando oyendo la santa Misa, me acordé de haber leído desde muy niño aquellas palabras del Evangelio: ¿De qué le aprovecha al hombre el ganar todo el mundo si finalmente pierde su alma? Esta sentencia me causó una profunda impresión… fue para mí una saeta que me hirió el corazón; yo pensaba y discurría qué haría, pero no acertaba (Aut 68).
Me hallé como Saulo por el camino de Damasco; me faltaba un Ananías que me dijese lo que había de hacer. Me dirigí a la Casa de San Felipe Neri, di una vuelta por los claustros y vi un cuarto abierto; pedí permiso y entré, y hallé a un hermano llamado Pablo, muy humilde y fervoroso, y le referí sencillamente mi resolución. Y el buen hermano me oyó con mucha paciencia y caridad… En efecto, me condujo al P. Amigó. Me oyó y celebró mi resolución, y me aconsejó que estudiase latín, y le obedecí (Aut 69).
Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor (Barcelona)
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
- ¿Ha habido textos bíblicos que te han ayudado a descubrir la llamada del Señor?
- ¿Quiénes han sido los “Ananías” de tu camino vocacional?
- ¿Has tenido y tienes incluso hoy día acompañamiento espiritual en tu vida misionera?
- ¿Valoras el acompañamiento personal?
- Escribe y narra tu encuentro con tu texto vocacional.
“La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer,
pero encuentra muy dificil engendrad la alegría”
(Francisco, Evangelii gaudium, 7).