MARZO
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1840. Se embarca en Civittavecchia (Roma) para regresar a España.
1845. Está predicando la Cuaresma en Mataró (Barcelona), y reclutando sacerdotes para los Ejercicios que les dirigirá en la semana de Pascua.
1859. Comienza a predicar una misión en Chamberí (Madrid); como confesores le ayudan algunos antiguos colaboradores de Cuba.
EL AUGE (1906-1922)
La prefectura del Chocó (Colombia)Un cúmulo de circunstancias decidieron al P. Martín Alsina a asumir las misiones del Chocó, que tanta entrega misionera supuso para la Congregación. Era el año 1909. Se trataba de un extenso territorio con dos provincias: San Juan y Atrato, cuyas capitales eran Istmina y Quibdó. Se designó primer Prefecto Apostólico al P. Juan Gil, segoviano y Superior de Plasencia. Las primeras dificultades fueron ingentes y sólo hombres de incansable celo pudieron superarlas, si bien algunos tuvieron que pagar con la vida el tremendo esfuerzo, entre ellos el mismo Prefecto Apostólico, que falleció poco después de redactar su primer informe. Fue sustituido por el P. Francisco Gutiérrez; algo parecido a lo que anteriormente había sucedido en Cuba y en Guinea Ecuatorial.
Pronto se vio la necesidad de fundar una comunidad que sirviera de puente y Procuraduría de la misión, siendo elegida Cartagena en 1909. Con los mismos objetivos se fundó la comunidad de Bogotá en 1912, asumiendo la responsabilidad del Templo del Voto Nacional, del cual se responsabilizó el P. Antonio Pueyo.
San José
Compatrono de la CongregaciónEl P. Claret recibió una iluminación divina: El día 7 de mayo de 1865, a las tres y media de la tarde, el día del Patrocinio de san José, me dijo Jesús que fuese muy devoto de san José, que acudiese a él con confianza (Aut 831). Para la Congregación sigue siendo válida esta confianza, que afecta a la misión evangelizadora. Su patrocinio debe ser invocado como aliento en el renovado empeño de evangelización en el mundo y de nueva evangelización en aquellos países y naciones en los que la vida cristiana fue floreciente y que están ahora sometidos a dura prueba. Para llevar el primer anuncio de Cristo y para volver a llevarlo allí donde está descuidado u olvidado, la Iglesia tiene necesidad de un especial poder desde lo alto. Don ciertamente del Espíritu del Señor, no desligado de la intercesión y del ejemplo de san José. En 1870 se publicaba un folleto de Claret sobre La devoción a San José, ampliado posteriormente.
El estímulo de dos santas con espíritu misionero
De la vida de Santa Rosa de Lima… “Lloraba continuamente su miseria y rogaba a Dios que convirtiese a todos los pecadores, y aun decía que padecería ella sola todos los tormentos del infierno, como fuese sin culpa, porque ninguno se condenase. Por esto deseaba mucho que se predicase el Evangelio a los infieles y la penitencia a los pecadores. Ofrecióse a un confesor suyo tener que ir a Misiones… (Aut 239).
De la Vida de Santa María Magdalena de Pazzis. “Difícil sería hallar un hombre apostólico que tuviese un celo más ardoroso por la salvación de las almas. Interesábase viva y muy tiernamente por su bien; le parecía que no amaba nada al Señor si todo el mundo no le amaba también. Oyendo los progresos que en su tiempo hacía la Fe en las Indias, decía que, si hubiese podido ir por todo el mundo a salvar almas sin perjuicio de su vocación, hubiera envidiado sus alas a los pajarillos del aire para volar por toda la tierra… ¡Oh, quién me diera, decía, poder ir hasta las Indias y tomar aquellos niñitos indios e instruirlos en nuestra santa Fe… (Aut 259).
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
- ¿Conoces algunas mujeres que con su compromiso misionero te cuestionan a entregarte más en la misión?
- ¿Hay mujeres que con la vivencia sencilla de su fe te resultan auténticos ejemplos de vida evangélica?
- Busca y ora con algunos escritos de santas mujeres.
“He aprendido que la valentía no era la ausencia de miedo,
sino el triunfo sobre el mismo.
El hombre audaz no es el que nunca tiene miedo, sino aquel que lo domina”
(Nelson Mandela).