En 1897 ya se habían publicado las primeras Disposiciones Generales (así llamadas posteriormente), compilación orgánica y sistemática de la normativa general de la Congregación. Un resumen de las disposiciones, ordenaciones y avisos emanados de los Capítulos Generales y de las Circulares del P. Xifré en orden alfabético. El libro presentaba sintética y sistemáticamente las orientaciones pastorales y formativas, y las ordenaciones jurídicas de la vida de la Congregación desde el principio de su existencia canónica, que anteriormente estaban muy dispersas en varias publicaciones. Un libro que ayudaba a encontrar con facilidad lo que se deseaba, práctico y pedagógico. Sería el germen de lo que después fueron las Disposiciones Generales de los años posteriores y del C.I.A. (Codex Iuris Additicii) y base de nuestro derecho congregacional. En ellas, además de asegurar la observancia, se trataba de dar al Instituto una fisonomía y carácter propios, como un sello distintivo. Fueron actualizadas luego en los años 1900, 1905, 1906 y 1912. No obstante todavía seguirían algunas circulares del P. Xifré no incluidas en aquel volumen.